Bogotá, marzo de 2024. Marcopolo Superpolo, líder en el ensamblaje de autobuses en Colombia, anunció el lanzamiento de dos innovadores modelos de autobuses, con los cuales la compañía complementa su proceso de fabricación de carrocerías ahora realizando el ensamble de buses eléctricos y de hidrógeno. Estos vehículos de vanguardia representan un cambio fundamental en la industria del transporte, marcando un paso audaz hacia un futuro más limpio y sostenible para Colombia y la región.
Equipados con motores Siemens sincrónicos de imanes permanentes, los autobuses eléctricos y de hidrógeno de Marcopolo Superpolo no solo establecen un nuevo estándar en eficiencia energética, sino que también prometen un rendimiento destacado en la ruta. Con una eficiencia del 95%, estos motores proporcionan una potencia impresionante de 230 kW (similares a 308 caballos de fuerza) y un torque de 3000 Nm. Estas características técnicas aseguran una experiencia de conducción óptima para el entorno urbano, mientras se reducen significativamente las emisiones de carbono.
«Los modelos eléctricos y de hidrógeno de Marcopolo Superpolo llegan en un momento crucial para impulsar la apuesta por la movilidad sostenible en los sistemas de transporte masivo de las principales ciudades de Colombia y la región», afirmó James Posada, Gerente General de Marcopolo Superpolo. «Estos autobuses no solo representan una solución innovadora y eficiente para las necesidades de movilidad de nuestra sociedad, sino que también demuestran nuestro compromiso con la protección del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de las comunidades donde operamos», añadió Juan Carlos Santamaria.
Autonomía y tiempos de recarga de primera
El autobús eléctrico ofrece una autonomía de 260 km y requiere un tiempo de carga completa de solo 2 horas. En cuanto al autobús de hidrógeno, este ofrece una autonomía estimada de 450 km y, por su parte, el tiempo de carga es de apenas 15 minutos. Estas características han sido desarrolladas como soluciones que permiten recorrer distancias considerablemente largas con una sola carga, proporcionando una solución práctica y eficiente para las necesidades de transporte en entornos urbanos congestionados.
En cuanto a la infraestructura de carga, la nueva flota de hidrógeno de Marcopolo Superpolo se integrará al ecosistema diseñado por la ciudad en su búsqueda por reducir las emisiones de CO2 en el transporte masivo y público. En este contexto, Ecopetrol ha liderado la iniciativa de construcción de la primera estación de generación de hidrógeno verde del país, ubicada en la localidad de Fontibón, en la ciudad de Bogotá.
Esta estación, operada por Green Móvil, representa un hito en la búsqueda de alternativas limpias y sostenibles para el transporte. Fue construida por Ecopetrol, Fanalca y la Federación Nacional de Gestores Energéticos (Fenoge); requiriendo una inversión de 22 mil millones de pesos. El corazón de esta estación es el Electrolizador de tecnología PEM (Protonexchange membrane – Membrana de Intercambio Protónico), con una potencia instalada de 165 kW y una capacidad de producción de más de 23 toneladas de hidrógeno al año.
Aporte a la movilidad y al país
Entendiendo la dinámica del mercado y las necesidades de movilidad en el país, las cuales deben engranar entre innovación y sostenibilidad, Marcopolo Superpolo, decide con este lanzamiento complementar su oferta de valor en ensamblaje y carrocería con un riguroso proceso de ingeniería y desarrollo para la elaboración de chasises específicos para autobuses eléctricos y de hidrógeno; compuesto por un equipo de ingenieros colombianos, quienes trabajaron en estrecha colaboración con expertos en ingeniería automotriz europeos.
Estos profesionales han dedicado su conocimiento e investigación al diseño y construcción del chasis y la carrocería de estos autobuses, asegurando la aplicación de estándares de calidad y seguridad de nivel internacional. Este logro técnico no solo evidencia el potencial innovador de la mano de obra colombiana, sino que también resalta la capacidad del país para competir en la vanguardia de la tecnología automotriz a nivel global.
Con la llegada de estos buses al portafolio de Marcopolo Superpolo, la compañía espera iniciar realizando 6 chasis por mes en su planta en Cota. Asimismo, con el fin de ir avanzando en la producción, en una segunda fase la empresa pasaría a realizar 22 chasis al mes y, finalmente, con la construcción de un nuevo pabellón al interior de la planta lograr realizar 33 chasis por mes y hasta 99 en tres turnos.
Invirtiendo en el futuro
Además del impacto ambiental positivo que introducen estos nuevos modelos, con este proyecto, que a la fecha ha tenido una inversión de más de 2.500 millones, Marcopolo Superpolo reafirma su compromiso con la movilidad, el progreso tecnológico y la innovación en el país, al tiempo que contribuye a la generación de empleo y al fortalecimiento de la industria local, aunado al aporte país y al desarrollo de la economía colombiana con este proyecto. Adicionalmente, la compañía espera invertir 1.500 millones de dólares adicionales para la adecuación de la planta, ratificando así que esta inversión en infraestructura y tecnología representa un paso significativo hacia la creación de un ecosistema de transporte más sostenible y resiliente en Colombia.
Esta apuesta obedece, además, a la latente tendencia del mercado colombiano por movilizarse sosteniblemente, aportando al medio ambiente, lo cual se ve reflejado en el crecimiento significativo en Colombia por adquirir vehículos con esta tecnología. Según datos proporcionados por Andemos, la categoría de vehículos híbridos y eléctricos en el país registró un aumento del 13,1% en 2023 en comparación con el año anterior, alcanzando un total de 31,500 vehículos vendidos, demostrando un auge en la conciencia de los colombianos sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental en el sector del transporte.
Se estima que, con la implementación de los buses impulsados por hidrógeno en Bogotá, se logrará la reducción de 1.083 toneladas de emisiones de CO2 por bus de hidrógeno (cero emisiones) por ocho años. Lo anterior, equivale a sembrar 73.000 árboles.